Religión y Espiritualidad, ¿en qué creemos?

Desde pequeño fui a una escuela católica donde cada viernes primero de mes teníamos misa y donde muchas veces éramos llamados a confesión como si fuera parte del ritual, lo cual muchas veces me llevaba a pensar en qué era lo que había hecho mal y que justificara realmente confesarme con un sacerdote y obtener así el perdón de Dios.

Con el paso de los años, mi relación con la iglesia cambió a tal grado que únicamente iba a misa si había una boda, un bautizo o un funeral. Sin embargo, muchas veces me gustaba ir a la iglesia, sentarme a pensar y sentir esa paz en el silencio característico que tienen las iglesias, no era necesario escuchar ningún sermón para sentir esa conexión con algo más grande.

Hace poco tuve la oportunidad de ir a India y me sentí completamente atraído a su religión y a sus templos, tanto que empecé a leer más acerca de sus dioses, participaba en sus ceremonias, visitaba sus templos y me sentaba a meditar igual que lo hacía en una iglesia.

Esta experiencia me hizo cuestionarme muchas cosas acerca de mis creencias espirituales; de Jesús, de Krishna y de Dios. Algo que me di cuenta es que al final, no importa en qué creamos, la mayoría de las religiones tienen principios similares y coinciden en ciertos puntos; aunque el enfoque de muchas es diferente. Un artículo de Sadhguru habla sobre cómo en el cristianismo parten de la idea de tener que limpiarse y purificarse para llegar a la conexión con Dios, mientras que los hindúes parten de la idea de que su esencia es pura y limpia, pero viven en una ilusión que no les permite darse cuenta que son parte de Dios y de su divinidad.

La religión muchas veces está ligada a una institución con la cual no necesariamente compartimos puntos de vista similares o diferimos en ciertas cosas, más ahora que la sociedad está en un cambio constante y que las instituciones necesitan empezar a modernizarse y adaptarse a los nuevos tiempos. Pero la espiritualidad es algo individual, es una práctica que cada quien realiza de la mejor manera que puede.

Hay varios artículos que coinciden en que el ser humano en mayor o menor medida tiene la necesidad de creer en algo más grande que él y es ahí dónde empieza nuestra práctica espiritual. Una forma de encontrar esta práctica es conectando con nosotros mismos; empezar por calmar la mente, sentarnos, sentirnos y darnos cuenta que las respuestas que tanto buscamos siempre han estado ahí, dentro de cada uno.